al-Ándalus (الأندلس)

Referencias a Coria (Qûriya) en los escritos de los geógrafos árabes y otras fuentes durante la dominación musulmana de la Península Ibérica, entre los siglos VIII y XII de la Era Cristiana.
al-Ándalus (en árabe clásico: الأندلس) [Wikipedia]

Referencia a la pérdida de Coria, en 1085.

Extraído de:

Historia de la dominacion de los arabes en España;
sacada de varios manuscritos y memorias arabigas
de José Antonio Conde, París. 1840.

Aclaraciones previas al texto literal de la carta, traducida por el eminente arabista d. José Antonio Conde (del título y del texto conservamos la grafía y acentuación originales). El libro (3 tomos, en ediciones de 1820 y 1841) se puede encontrar digitalizado en Google Books y en archive.org, entre otros sitios.

Fecha: 478 de la Hégira/Año cristiano: 1085.
En el texto se cita a:
Alfonso, rey de Galicia.
Omar ben Alfatas Almudafar. Rey de Algarve. 
También aparece como Omar ben Alafias.
En 1072, Omar se convierte en rey de Badajoz y adopta el título de al-Mutawakkil,

Wikipedia:
Alfonso VI de León / Rey de León, de Galicia y de Castilla 1065-1072 y 1072-1109.
Nacimiento: 1047. Fallecimiento: 1 de julio de 1109, Toledo. Entierro: Monasterio de Benedictinas de Sahagún.
Alfonso VI de León, llamado «el Bravo», fue rey de León entre 10652 y 1072 en un primer reinado, y entre 1072 y 1109 en un segundo, de Galicia entre 1071 y 1072 y entre 1072 y 1109 y de Castilla entre 1072 y 1109.
Durante su reinado, se produjo la conquista de Toledo (1085) y tuvieron lugar las batallas de Sagrajas y Uclés, que constituyeron sendas derrotas para las mesnadas leonesas y castellanas, falleciendo en la segunda el heredero del rey, el infante Sancho Alfónsez.

Texto extraído de la obra de d. José Antonio Conde:
[pg. 365]
El rey Omar, aunque muy esforzado, con todo eso bien conocía que sus fuerzas no eran bastantes para oponerse y resistir al poder del rey Alfonso, y temiendo que la vecindad de sus tierras con las de los cristianos les diese ocasión para que entrasen en ellas como acababan de hacer en Toledo, escribió con grandes ruegos al rey Juzef pidiéndole que no dilatase su pasada en España para refrenar á los cristianos que peleaban con mucha prosperidad contra los muslimes : la carta fué de su propia mano, y decia así:

«De Omar ben Alafias el confiado en Dios,á 'Juzef ben Taxfin, rey de los muslimes. Como la luz y resplandor de la buena guia, o rey de los muslimes, que Dios la fortifique, sea la que le dirige y encamina y mueve teniendo por camino propio suyo el camino de la beneficencia y la sabiduría se ocupe y emplee siempre en hacer bien á otros, y tus deseos sean de hacer siempre guerra á los descreyentes, de lo cual estaraos bien informados , y siendo bien cierto y averiguado que te dedicas siempre á honrar, sublimar y defender nuestra ley, y que tú eres el mas ínclito y principal emperador, y el mas poderoso caudillo, y conquistador y vencedor de infieles, nos conviene implorar tu auxilio, para que socorras y defiendas nuestra ley y á nosotros. El dolor de nuestras desgracias es extremado : tribulaciones y calamidades nos cercan por todas partes en España, y daños mayores todavía nos amagan, que no pueden imaginarse sin espanto. Por todos lados nos va rodeando esta maldita gente desde que los nuestros descuidaron el sujetarlos como antes, y estar unidos contra ellos. Estos enemigos han crecido, han tomado alas, v como siempre nos querían mal, creciendo su poder y su enemiga rabia nos [pg. 366] acometen ya estos perros de manera que nos tienen acobardados, y siempre con la barba sobre el hombro, sin quedarnos mas remedio para mantenernos sino palabras fingidas de sumisión y blandura : pérfidos tratos que no dan sosiego, antes nos tienen con perpetuo cuidado y recelo de lo que nos puede sobrevenir. No sirve para perder estos temores el enviarles dádivas y preciosos dones cada día, dejarles sacar de nuestra tierra toda especie de provisiones y mantenimientos : con todo eso no calman los sobresaltos ni se disminuyen los peligros; y en verdad si el daño no pasara mas adelante nos contentariamos con ellos, y estaríamos alegres con la miseria é infelicidad de este estado; pero ellos no cesan, nos quitan cada dia las haciendas, y nosotros mezquinos las dejamos llevar callando, y nos parece que el no hacernos mayor mal es merced que nos hacen, y les estamos á manera de agradecidos, y pensando qué les poder dar cuando nos vengan á pedir. Pero, señor, nos sacarán los ojos, y el mal nos ha pasado ya de parte á parte hasta parecer ya llaga incurable. Como ya saben nuestros enemigos que nada podemos darles y su codicia es insaciable, ya tratan de conquistar y saquear nuestras ciudades y ocupar nuestras fortalezas, y se ha encendido el fuego de los cristianos por toda España, y en todas partes las puntas de sus lanzas y los agudos filos de sus espadas beben y han bebido mucha sangre de los muslimes, y los que por fortuna escaparon de la cruda muerte en las atroces peleas gimen en su poder en dura esclavitud y atormentados de sus crueles manos, pues no tratan sino de acabarnos y hacernos sufrir indecibles tormentos. Y según parece piensan en darnos el último asalto, y muy poco distante miran el fin de sus deseos, que es nuestra ruina y absoluto vencimiento; pero, o fe de Dios! será posible que los muslimes hayan perdido la esperanza y aliento para mantener y sustentar la verdad de nuestra ley! será que algún dia triunfe la infidelidad de la religión verdadera! los asociantes vencerán á los que confiesan la unidad ! y no habrá quien nos ampare y libre de estas calamidades ! ha de faltar quien levante nuestra fe caida en el suelo! no aparecerá un defensor de la religión y de las cosas santas! Pero no tenemos otro auxilio ni refugio que á Dios delante de su trono sublimado, á el cual toca la baja y terrena súplica, y su divina bondad ha honrado á los bajos y envilecidos. Nuestra calamidad es inconsolable, es desgracia sin par. No te habia escrito, o rey de los muslimes, antes de ahora ocupado en defender la tierra del asiento y cerco de Medina Cauria, restituyala Dios, que pudiera ser causa de la despoblación de esta tierra de los muslimes que moran cerca de ella. Siempre ha ido en aumento mi temor de que se perdiera la ciudad de que te escribí: la fuerza del enemigo se ha aumentado, y en fin la ciudad vino á su poder, cosa que acrecienta nuestros males. En medio de la ciudad hay un castillo de mucha fortaleza, tal que excede á los mas fuertes castillos, este es como el centro de la ciudad , y como el centro en un círculo, señorea todas las partes de la ciudad, y da vista y atalaya toda la tierra al rededor, así á los que están cerca como los que están apartados y distantes, de manera que no era otra cosa esta fortaleza que como un viento fuerte y [pg. 367] tempestuoso en las salidas de los que dentro estaban; pero se apoderó de él un traidor enemigo, un soberbio infiel, y si no te das mucha prisa en venir con tus huestes de á pié y de á caballo, no tardará en estar todo puesto en desolación y ruina. No te recuerdo, o rey de los muslimes , la palabra del libro de Dios, ni la doctrina de nuestro honrado profeta, pues entre vosotros hay mas doctrina y letras que por acá, y sabéis bien lo que en este caso nos obliga. Envióos esta carta con un noble jeque nuestro predicador y alchalib para que si os ocurriese alguna duda en el particular os la declare y manifieste. Este se ha determinado á llevar esta carta y embajada por ser obra meritoria y alcanzar de vuestro poder este socorro y singular merced, y yo no he dudado de manifestarle mis intentos, confiando asi en su fidelidad muy apurada como en su saber y en la elegancia de su lengua. Salud. »

Alfonso VI
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Historia de Coria en 1079, tan decisiva para la Reconquista:
"Oh, la desgracia nos llama la atención, no admite consuelo, y la calamidad que sufrimos, es más terrible que cualquier otra! No he escrito antes, Príncipe que Dios hace glorioso, para darle aviso de la desgracia que golpeó la ciudad de Coria, que Dios nos hace; ¿No le dije que tomar esta ciudad era la señal de que la Península pronto sería desierta, desolada, los musulmanes que allí quedan, no tardarían en ser desterrados?"
(Traducido del francés)
[Recherches sur l'histoire politique et littéraire de l'Espagne pendant le moyen-âge, par R. P. A. Dozy]


 Es un fragmento de la carta enviada por el rey árabe de Badajoz (al-Motawakkil alâ 'l-lâh ibno-'l-Aftas) al emir del Norte de África, tras la pérdida de Coria a manos del rey Alfonso VI, en 1079.

"El sonado triunfo del rey cristiano al tomar Coria en 1079, rompería la poderosa y tenazmente defendida por al-Mutawakkil, linea del Tajo. La seguridad era ya para éste demasiado precaria y ello motivó su escrito al emir norteafricano almorávide notificándole la pérdida de aquella plaza fuerte y señalándole que ese hecho era como un augurio funesto de que los musulmanes serian pronto arrojados de al-Andalus."


[El ocaso de la dinastía aftasí de Badajoz.
JUAN ANTONIO PACHECO PANIAGUA, Prof. de árabe e Islam, Univ. de Sevilla].
http://gallica.bnf.fr/ark:/12148/bpt6k5628168d/f4.vertical





Fechas en la Historia de Coria:
Año 732. Sublevación y derrota de los berebéres de Coria.

El valí de Ifriqiya nombra a Abd al-Malik ibn Qatan al-Fihri (miembro de la más prestigiosa de las tribus árabes, la de los quraysíes), nuevo valí de Al-Ándalus (oct) (732-34), pero contra él se sublevan los beréberes de Galicia, Astorga, Coria, Mérida y Talavera, que son vencidos y casi exterminados.


[En esta magnífica web hay 44 referencias a Coria]



Descripción de Coria (13 referencias):
Identidad y onomástica de los beréberes de Al-Andalus
Ed. CSIC. Helena de Jesús de Felipe Rodríguez.
Consulta parcial en Google Books.

 

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