Castillo




El castillo medieval de Coria, mandado edificar por el primer duque de Alba y marqués de Coria, García Álvarez de Toledo. El cantero y arquitecto fue Juan Carrera. Costó un millón de maravedíes.



Torre del castillo mandado construir por D. García Álvarez de Toledo, primer Duque de Alba de Tormes, tras el informe en 1472 de su administrador, Ferrand García:
“… la torre es obrada de syllería e tiene desde la cerca para fuera de la cibdad quatro lienços de treinta y dos palmos asy en cada uno. Sube un pie de torre grueso hasta la guirnalda et de la guirnalda arriba nasce otro de esta misma forma, et de otros tantos lienços…”. “Fue derrocado de lo demás encima de la dicha torre mas de un estado e medio, el qual esta labrado como de tabique de argamasa”.
Fuente:
Edward Cooper “Castillos señoriales en la Corona de Castilla”. Vol. I.1. Junta de Castilla y León. Consejería de Cultura y Turismo, 1991.
Citado por Manuel Rodríguez en su conferencia en "Coria Maravillosa" y libro "El castillo de Coria" 2015.
Original en el Archivo del Ducado de Alba.







Por la estupenda información contenida en estas dos webs, las publicamos aquí.
Paulatinamente iremos añadiendo otros relatos y estudios de profesores de diversas universidades.



Castillo de Coria
El actual castillo de Coria es una reconstrucción, efectuada en el siglo XV, de una fortaleza anterior, difícil de fechar por no existir documentación fidedigna que nos informe sobre ella. Contamos, sin embargo, con abundantes documentos en relación con la reedificación de la fortaleza llevada a cabo a fines de la Edad Media. 
Hacia 1471 el señor de la villa, el aún conde de Alba, ordenó la realización de un informe sobre el primitivo castillo con el fin de averiguar el alcance que tendrían las obras que pretendía llevar a cabo en él. Por este informe sabemos que, de la primera edificación, aún subsistía una torre pentagonal con dos plantas abovedadas que fue respetada parcialmente en la reedificación comenzada hacia 1473, y en la que se dotó a esta torre de unos muros más gruesos y una mayor altura que su predecesora.


Fue también en estos años cuando se construyeron en Coria la barrera del castillo y un foso de grandes dimensiones concluido cuatro años después. Todas estas mejoras tendentes a consolidar las defensas del castillo tenían como finalidad protegerlo de los ataques que pudiera recibir durante la guerra con Portugal. La finalización de la obras ocurrió en 1478, ya que según la documentación conservada este año se realizó el último pago a los trabajadores. El coste total de las obras emprendidas en esas fechas en Coria ascendió a más de un millón de maravedís.




El castillo de Coria forma parte del recinto amurallado de la villa, que cuenta con un basamento romano, aunque fue casi totalmente reedificada en el siglo XVI. 
La fortaleza propiamente dicha se halla formada por una gran torre rodeada de edificaciones adyacentes, entre las que se encuentra un tambor almenado y un arco de entrada. La torre del homenaje es de planta pentagonal con dos ángulos rectos como si fuese resultado de la yuxtaposición de una torre cuadrada y una triangular. Uno de los ángulos rectos presenta una estructura achaflanada para dar cabida a una escalera interior.



Todo el castillo está construido en sillería con muy pocas aberturas al exterior lo cual aumenta su aspecto de fortaleza nacida para la defensa militar. 
En la parte superior de los muros sobresalen unas garitas semicilíndricas centradas en medio de cada lienzo, así como una cornisa de arquillos que recorre la torre a nivel de las garitas y culmina con un almenado reedificado en época reciente. 
En el interior del castillo se distinguen dos pisos: la cámara baja y la cámara alta o salón principal, cubierto por una sólida bóveda de crucería. 

 
 
Coria contó con una fortaleza musulmana hasta el año 1142, año de su conquista por Alfonso VII, naciendo a partir de entonces una ciudad cristiana que contaba con sede episcopal. 
En el siglo XV pertenecía el castillo al maestre de la Orden de Alcántara, Gutiérrez de Solís, fallecido en 1470. Sin embargo, no fue heredado por su hijo, Gómez de Solís y Toledo, sino que fue usurpado por el duque de Alba, a quien el rey castellano Enrique IV confirmó como señor de Coria el mismo año de la muerte de su anterior titular. 
El de Alba se encontraba muy interesado en acelerar las obras de reconstrucción del castillo pues esperaba un ataque del marqués de Villena, que entonces formaba una liga alrededor de su sobrino, Francisco de Solís, pretendiente al maestrazgo de la Orden de Alcántara. 
La muerte del de Villena en 1474, obligó a Francisco de Solís a negociar directamente con el duque de Alba la devolución de su señorío a través de su matrimonio con María Enríquez de Toledo, hija del duque. 

 
 
Este enlace nunca llegó a realizarse, falleciendo en 1475 el de Solís durante la guerra de Sucesión con Portugal. Con ello el duque de Alba quedaba como único señor de Coria, pues las únicas reivindicaciones del señorío sólo podían venir de Gómez de Solís y Toledo, ajeno a estas cuestiones y más pendiente de seguir su carrera eclesiástica que le llevó a ocupar el obispado de Palencia.







Uno de los escudos mejor conservados en Coria corresponde al artífice de su reconstrucción, Garci Álvarez de Toledo, primer duque de Alba. Tomó posesión de este señorío en 1470, año en el que Enrique IV le confirmó en este puesto al tiempo que le otorgaba el título de marqués de Coria. Éste señorío había pertenecido anteriormente a Gutiérrez de Solís, maestre de la Orden de Alcántara y conde de Coria, que había contraído matrimonio con una sobrina del de Alba. A pesar de su parentesco con el antiguo titular del señorío, la realidad es que el duque de Alba hubo de tomar la ciudad por la fuerza, al tiempo que apresurarse a reparar la fortaleza ante un posible ataque de los herederos del fallecido maestre.


Antes de comenzar la reestructuración del antiguo castillo de Coria, el duque de Alba encargó a Ferrand García la redacción de un informe del estado del edificio. Las obras acometidas en él tuvieron una mayor envergadura que las recomendadas en el informe y, según la documentación, fueron realizadas por el maestro cantero y arquitecto Juan Carrera, autor de la torre del homenaje, y por Tomás Bretón
Éste último dirigió las obras de excavación del foso del castillo, hoy desaparecido, pero que debió ser de grandes dimensiones a juzgar por el tiempo empleado en las labores (más de cuatro años) y el elevado número de trabajadores, alrededor de trescientos ochenta. 






Castillos de España (www.castillos.net) Última actualización: 17/05/2011

Castillo de Coria

Situación
El castillo de Coria, de típica fisonomía cristiano-medieval, se levanta al sureste de la localidad de homónima, como baluarte o puesto avanzado de la fortificación de la ciudad, en la provincia de Cáceres.

Historia
El castillo de Coria puede datar del siglo XV o incluso del XVI, y tal vez lo mandó construir el conde de Coria don Gutiérrez de Solís, Gran Maestre de Alcántara, título que recibió de Enrique IV.
Coria y su castillo siguieron la corriente de las Comunidades de Castilla y, cuando se inició la Guerra de la Independencia portuguesa, fue sitiada por el ejército lusitano, aunque sin resultado positivo.
Durante la Guerra de Sucesión española, motivada por la falta de sucesión al trono a la muerte de Carlos II y en la que una parte defendía los derechos del Archiduque de Austria y la otra los de Felipe de Anjou, rey después con el nombre de Felipe V, Coria fue ocupada por el General portugués, Marqués de las Minas, y en el verano de 1809 el Mariscal francés Soult, Duque de Dalmacia, se apoderó de la ciudad en donde permaneció más de dos meses.
El señorío de la ciudad estuvo a cargo de los Duques de Alba hasta finales del siglo XIX.

Descripción
El castillo, de típica fisonomía cristiano-medieval, tiene forma de pentágono irregular, y contaba con cinco pisos y una gran terraza que lo hacía inexpugnable.
El castillo se asemeja en su forma al de Tajamar de Puente. Su planta pentagonal puede reducirse a un cuadrado con la afición de uno de los lados de un triángulo cuyos vértices sobresale del recinto de murallas. Uno de sus ángulos rectos está achaflanado para dar cabida a la escalera interior. En la parte alta del centro de cada uno de sus cinco lienzos sobresale una garita o torrecilla semicilíndrica, y por ella y los lienzos corre una cornisa de arquillos sobre canes, con bolas en ellos.
El almenaje está renovado y junto a la escalera hay una puerta antigua cegada. En su alrededor hay un tambor almenado y en lo alto está coronado de esbeltos garitones sobresaliendo el conjunto sobre las restantes fortificaciones.
Hoy día hay otra entrada, que da a una cámara baja que comunica con otra medio destruida y por una escalera a una cámara alta o salón principal cubierto por una sólida bóveda gótica de crucería, que conserva una chimenea grande y mechinales para galería corrida que se conserva mal y desde la que se sube a la terraza.

Materiales
La fábrica es de sillería.

Estado de conservación
El castillo de Coria es uno de los pocos que se conservan en bastante buen estado, pero, aunque la obra es resistente, está ya muy deteriorada por el abandono.

Protección
Bajo la protección de la Declaración genérica del Decreto de 22 de abril de 1949, y la Ley 16/1985 sobre el Patrimonio Histórico Español.

Visitas
El acceso al exterior es libre.

Libros y publicaciones
Castillos de España (volumen III). VV.AA.. Editorial Everest, S.A.. León, 1997. (Pg. 1.591-1.593).

CastillosNet agradece la colaboración de Ángel García Cuevas, Ramón Sobrino Torrens, Jesús Martín, Fernando López Fermolu.



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